Te odio
- ¡ ay senhora, nobre rossa
mercede uos uengo pidir
avede de mi dolor
e no me deyedes morir !

- yo soy la flor das frores
de que tú soler cogías
cuitado de mis amores
bien sé lo que tú querías.

Anónimo S.XIV

WAGNER.- Un perro, cuando ha sido bien enseñado, no es indigno del aprecio de un sabio. Me parece que no hacéis mal en mostraros humano con él, pues quizá sea con el tiempo el más aprovechado de todos vuestros discípulos.

FAUSTO, Goethe.